Hoy Cuba ha comenzado a vivir una nueva etapa en la que reaparecen sonrisas tras dos años de rostros cubiertos por las vitales mascarillas. Este momento se le agradece infinitamente a los científicos cubanos que lograron crear efectivas vacunas contra la COVID-19, y al personal de la salud que, además de los esmerados cuidados al millón 105 mil 319 pacientes contagiados con el SARS-CoV-2, ha logrado implementar una acertada estrategia nacional de inmunización contra la pandemia.

En los centros médicos como el nuestro continuarán empleándose los “nasobucos”, pues proteger tanto a los pacientes como a los profesionales es prioridad del sistema de cubano de salud.

Los niveles de inmunización alcanzados por la población son una gran fortaleza que nos distingue de la mayoría de las naciones en el mundo. El control logrado es fruto del trabajo conjunto de todo el país. La autorresponsabilidad y el autocuidado de la salud que recomiendan en estos momentos las autoridades sanitarias, serán claves para mantener lo alcanzado, a la par que demostrarán cuánto de enseñanza ha dejado la dura etapa vivida.

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